Mi memoria es patética. Lo es en comparación con la de los demás seres de mi especie, y eso es triste. Pero ahora resulta que también lo va a ser con la de otras especies, y eso ya duele. Los pájaros no sólo gozan de la envidiable capacidad de volar, sino que encima parece que tienen una magnífica memoria.
Helena Matute y
Miguel A. Vadillo nos lo cuentan en
La buena memoria de los pájaros: “Hay pájaros que almacenan comida durante las épocas de abundancia para luego recolectarla cuando el alimento escasea durante el invierno. Algunos llegan a esconder más de 30.000 semillas en grupitos de 4 o 5 para recuperarlas más tarde. Parece claro que tienen algún tipo de memoria que les permite recordar los lugares exactos a los que deberán volver más tarde a buscar sus provisiones. ¿O quizá no? Quizá estos pájaros únicamente vuelan a una zona con unas características apropiadas, con un determinado tipo de terreno y matorrales, y allí se valen del olor que desprenden los alimentos para localizar los escondites donde los enterraron. Algo así no sería memoria, sería mero olfato.”
2004-05-06 03:58 qué lindo artículo, Marcos! (y ojo que te puedo correr carrera con la falta de memoria!)
2004-05-06 05:12 aclaraciòn (me sale el acento al revès, sì): a tu artìculo me refiero, no al linkeado.