La invasión de Irak cobra tintes esperpénticos. El paseo de un ex-general de Sadam —en físico y poses idénticas al dictador— por las calles de Faluya rendidas a su mandato es un gag de una mala película de risa. El problema, parece, se reduce a que Estados Unidas no tiene ni la más remota idea de solucionar un problema que crearon ellos solos, y ninguna solución le sirve si incluye perder el poder en el país.
Íñigo Sáez de Ugarte analiza la situación en
¿Quién ha ganado en Faluya?. Además,
Luis Goytisolo, en un ejercicio más necesario que nunca, analiza las causas y apunta algunas soluciones en
La causa de la causa [*pdf]. Otra visión, esta más extrema pero no menos racional, es la de
Naomi Klein en
El amotinamiento es la única salida al infierno de Irak.