Tomás Eloy Martínez escribe sobre el asesinato en 1994 de Luis Donaldo Colosio, cuando éste era candidato a la presidencia de México por el PRI. El artículo parte de una “novela sin ficción” que acaba de publicar Héctor Aguilar Camín sobre el asunto. “Quizá la historia de México hubiera sido otra sin el asesinato de Colosio y su apresurada sustitución por Ernesto Zedillo, su leal jefe de campaña. Quién sabe. El color de la fatalidad nunca es gris. Lo cierto es que cuando el presidente Salinas eligió a Colosio como sucesor, a fines de noviembre de 1993, prefiriéndolo a Manuel Camacho, ya el candidato estaba señalado por la tragedia.”
Una tragedia mexicana.