Rodrigo Fresán: “Pocos mapas más movedizos que el de Europa, ese continente en el que cada una de sus partes constituye todo un rompecabezas. Ya sea por la acción de guerras monstruosas o por —como ahora— la estabilidad más estable de su larguísima vida, Europa nunca se resigna a quedarse quieta a fosilizar su contorno y perfil a posar inmóvil el tiempo suficiente para un retrato fiable. Toda foto de Europa —desde el principio de los tiempos en los que se erigieron los pilares de Stonehenge hasta la caída del Muro de Berlín— saldrá, siempre, favorecedoramente movida. Esa es su gracia y su virtud más allá de que Donald Rumsfeld insista con eso de “la Vieja Europa” enfrentándose al moderno imperio americano: no resignarse a ser parte de la Historia optando, en cambio, por no dejar de hacer Historia.”
Cuestión de tamaño.