Internet es apenas un niño. Y un niño muy distinto a los demás, con un cerebro y una disposición orgánica y muscular totalmente nueva y extraña al común de los niños. Por eso Iñaqui I. Rojo cree que es muy pronto para profetizar su hundimiento económico y el fracaso publicitario:
La publicidad online condenada al éxito. A ese niño raro hay que estudiarlo y educarlo con otros métodos; con nuevos métodos. COn métodos raros.