Fernando González Urbaneja: “La historia democrática ya va acumulando relevos y alternancias como para ir curando de espanto al personal. Tomar y dejar el coche oficial y el aparato oficial debería haber creado más callo, más hábito sobre la contingencia. En teoría, los socialistas andaban desarbolados, iban a perder las elecciones, decían, y se iban a consumir por dentro. Eran “insolventes” y no tenían cantera para llenar un ministerio. Pero siete días después de la toma de posesión de Zapatero dos consejos de ministros han removido toda la cúpula de la Administración central y han desalojado despachos y sustituido a todos sus titulares. El relevo se ha ejecutado con precisión y de forma inmisericorde. Tanto que donde manda el PP (Madrid, por ejemplo) han empezado los empellones para hacer hueco a los que se han quedado en la calle.”
El apagón del PP.