El otro día, revisando un poema mío, me encontré con la palabra “respuesta” y pensé, Vaya tontería, ¿qué está haciendo esta palabra aquí?
Hugo Caligaris tiene una columna en La Nación en la que toma una palabra o una frase de algún político y juega con ella hasta que llega a alguna interpretación más o menos satisfactoria. Esta vez la palabra es
Respuesta y tiene que ver con la limpieza de una plaza que llevaba meses llena de basura. “Para limpiar una plaza se necesita coordinar una serie de factores. ”¿No alcanza con una escoba?”, preguntan los desconocidos de siempre. Hay que darles una respuesta enérgica: ”¡Reduccionistas, no simplifiquen lo complejo!”. Para empezar, el incidente de suciedad debe llegar al conocimiento de los funcionarios. Luego, representantes de diversas áreas de gobierno examinan el problema, primero en soledad o con el consejo de asesores y después en reuniones de trabajo que pueden incluir algún retiro espiritual en un spa. Una vez debatido el tema, se debe someter la conclusión al jefe máximo a cargo del caso. Sólo entonces, y mientras se le dibuja en la frente una arruga, fruto de su responsabilidad, el secretario de Producción, Turismo y Desarrollo Sustentable dice: “Barran”.”