Norberto Firpo,
Cuatro frescas a Fidel: “A medianoche, cuando por fin estuvieron frente a frente, Peribáñez no se anduvo con rodeos: le dijo que las heroicidades de Sierra Maestra habían quedado demasiado atrás y que, 45 años después, debía admitir que la adecuación de las ideas a la dinámica realidad constituía virtud principalísima de un gobernante y, sobre todo, de un gobernante vitalicio. ¿O acaso ignoraba que media humanidad veía en él a un tozudo mandamás caribeño, incapaz de aceptar que sus añejas convicciones perdieron el tren de la historia?”