Hay una realidad innegable: los sábados los hipermercados están atestados. ¿Por qué? Imagino que habrá varias causas, pero se me ocurren dos difícilmente rebatibles: por un lado, comprar se ha convertido en un modo más de ocio; por otro, hay mucha gente que sólo tiene tiempo para ir de compras los fines de semana. En esta dinámica, la liberalización de horarios se hace necesaria. E igualmente necesaria se hace un control férreo sobre las empresas para que no exploten a los trabajadores; y vigilar que el pequeño empresario no se vea perjudicado por la mayor facilidad de los grandes establecimientos para ampliar horarios. Fácil, ¿no?, pues no.
David Iwasaki,
Al hiper no se va los domingos: “Para sorpresa de muchos, Mercadona renuncia a abrir los domingos. El argumento que explica la decisión: quieren mejorar la calidad de vida de sus empleados. Es bastante notorio que el crecimiento de estos supermercados se hace a fuerza de ganarse la confianza de nuevos clientes allá donde abren; quizás no sea ajena a este exitoso fenómeno de expansión la política de la empresa que trata de tener a sus trabajadores satisfechos. Su modelo laboral se basa en: empleo fijo, buena remuneración, trabajar cerca de casa”