Parece que el el gobierno norteamericano empieza a darse cuenta de que lleva tiempo perdiendo capacidad de influencia en todo el mundo. Es un problema grave, ya que la negociación y la persuasión son elementos clave de las relaciones entre países, entre los diversos tipos de organizaciones (gubernamentales o no, y empresariales), en un mundo globalizado. De hecho, la idea de los neocons de volver al estado fuerte, ya mostraba su desagrado por el tipo de relaciones que provoca la globalización (ya vemos que prefieren un capitalismo amiguista al capitalismo competitivo en mercados libres).
Andrés Oppenheimer ha pasado unos días en Washington y ha visto el retroceso de los partidarios del uso de la fuerza y el retorno de los negociadores. “Finalmente, Washington está dándose cuenta de que los altos niveles de anti-americanismo en el resto del mundo -
un fenómeno que los medios estadounidenses reportaron como una curiosidad marginal durante la guerra de Irak- está teniendo consecuencias negativas para los intereses de Estados Unidos.”
¿Está cambiando el clima en Washington?