Antonio Muñoz Molina critica muy duramente al intelectual modelo francés, que es también el español, y que se cree por encima del bien y del mal y vive, todavía, en la progresía postcomunista incapaz de desprenderse del todo del halo glorioso de los soviets y el castrismo. Hasta ahí de acuerdo. Pero rezuma su prosa dos líquidos discordantes: uno, que nombra a los
intelectuales, en genérico, pero realmente está criticando a los de izquierda rancia, y nada más. El otro, que su petición de lealtad y agradecimiento a la democracia en la que viven estos intelectuales suena a ley del silencio y pago por los servicios prestados.
El artista consentido [*pdf].
2004-04-18 15:22 Todos los intelectuales, inclusive Antonio Muñoz Molina responden al mismo patrón: analfabetos científicos, prepotentes literarios, progresistas encuadrados en un modelo constitucional rancio y retrógrada y defensores a ultranza de cualquier iniciativa solidaria global, siempre y cuando ésta no rasgue sus saturados bolsillos. En ningún caso considero que sean individuos moralmente posibilitados para otorgar lecciones culturales al resto de los ciudadanos, y mucho menos a la masa trabajadora gracias a la cual ellos disfrutan de su magisterio antilaboral.
2004-04-19 04:13 De analfabetos, nada. Pero son moralmente responsables de vivir de un sistema al que aborrecen y contra el que luchan. Y que les dá la libertad para hacerlo.
2004-04-26 11:05 “Empiezo a entender que en casi todos los recuerdos comunes hay escondida una estrategia de mentira, que no eran más que arbitrarios despojos los que yo tomé por trofeos o reliquias: que casi nada ha sido como yo creía que fue, como alguien, dentro de mí, un archivero deshonesto, un narrador paciente y oculto, embustero, asiduo, me contaba que era” – Antonio Muñoz Molina, leído aquí: http://mumo.altervista.org