Daniel Martín observa que las prácticas comerciales de algunas distribuidoras de cine son maaterial para el tribunal de la competencia. Por culpa de estas prácticas hay tanta basura en las pantallas. “La cuestión reside en los modos de distribuir que tienen estas empresas. Es lógico que aquí nos lleguen los principales estrenos del cine de Hollywood. Todos esperamos que lleguen Troya, El día de mañana o Spiderman 2. Lo que no tiene sentido es que estos estrenos vengan acompañados de peliculillas como Niñera a la fuerza, Torque rodando al límite o Eurotrip, filmes sin posibilidades comerciales y que ocupan el lugar de otras películas más interesantes pero distribuidas por compañías, generalmente españolas, mucho más pequeñas. Esto es resultado del sistema de paquetes que domina en el mercado. Yo vendo a este cine la última película de una gran estrella o un gran director, pero a cambio de que también coloque estas tres, o más, mierdas (con perdón) en sus salas. Y, claro, una vez hecha la inversión, distribuidoras y exhibidores no tienen más remedio que estrenar esas películas que han fracasado en el resto del mundo y que apenas van a tener público. Pero por poco dinero que consigan algo ayudarán a amortizar el gasto de su compra.”
Distribución secuestrada.