Inocencio Arias: “Con Salomé llegó el pasmo. La apasionada ópera de Strauss ha pulverizado la taquilla en el Metropolitan de Nueva York. La cuidada producción, muy bien dirigida en el podio por Valery Gergiev, tiene varios álgidos momentos musicales a cargo de los dos principales cantantes, pero también uno plástico que está igualmente en la boca de todos, un desnudo integral de la protagonista, la soprano nórdica Karita Mattila. El físico de la Mattilla le permite esta audacia que no estaría al alcance de la mayor parte de las cantantes. La escena tiene lugar al término de la danza de los siete velos, un elegante strip-tease al amparo de la sugerente música de Strauss y el público no da crédito a sus ojos a pesar de que venía abundantemente advertido.”
El destape de la soprano.