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Ser radical es llegar a la raíz de lo que es el ser humano. Pero esa forma de verlo todavía se rechaza con demasiada facilidad en los círculos de izquierda y verdes por 
irrelevante, 
sentimental o sencillamente se deja de lado”. 
David Cromwell intenta hilvanar el sentido de esa afirmación reflexionando para ello acerca de la tendencia que tenemos a racionalizarlo todo; a veces como mera pantalla o máscara de aceptación y/o sumisión. La verdadera liberación, dice Cromwell pasa por cuestionar, desde la autoconsciencia, lo que requiere un arduo y continuo trabajo personal y social.  Algunos de los planteamientos de  Marx, Proudhon, Paolo Freire,  Erich Fromm y Sharon Salzberg le sirven para construir su análisis.