Josep Maria Espinàs se pregunta por la prohibición de los signos religiosos en las instituciones públicas alemanas. ”¿Sólo los signos de identificación religiosa tienen que ser la excepción? Pregunto. No hablo de proselitismo. Sólo insinúo que el problema de prohibir signos no es tan claro ni fácil como en un principio parece. Bien mirado, muchos jóvenes de hoy han convertido su vestuario, su peinado, su piercing en una insignia. Como habían hecho sus abuelos con otros elementos. Este artículo no va a favor ni en contra del velo o del crucifijo. Este artículo es un elogio de la calle como espacio de libertades.”
Libertad, o quizá no, de los signos.