Según entiendo, el pensamiento en red y de redes no se refiere únicamente a la informática o al uso de la internet en la vida diaria, laboral o política. Se trata más de relaciones de personas con personas, pero con la idea de llegar más allá del ámbito inmediato. Vendría a ser una forma de organización civil en la que se mueve una información específica de interés para todos sus integrantes. Como la red de canteros en el Camino de Santiago, en la edad media. La internet no ha inventado las redes, ha ayudado a comprender mejor su utilidad.
Marcos Roitman Rosenmann, sin embargo, no lo entiende así: “La red, ese concepto tan atractivo que hoy inunda la literatura y está presente en todos los campos de las ciencias sociales, de la vida o de la materia, es el nuevo mito constituyente del sistema. Todo está en la red y todo son redes. El amor, el poder, el dinero o la amistad se pueden vivir en la red. El sentido virtual de la realidad permite diluir la vida para solidificarla más tarde bajo la consistencia de la comunicación en red. Emisores y receptores. Si por algún casual alguien no sabe hacer uso de la comunicación en red, nadie se extravía o pierde el rumbo, tiene navegadores, ayudas amables que resuelven la angustia. Todos son operadores sistémicos conectados entre sí gracias al fluir constante de electrones ávidos de servir a los usuarios de la red. Inmersos en sus realidades virtuales desarrollan una vida placentera visitando recónditos paisajes hasta la concupiscencia. La comunicación no se rompe jamás. La urdimbre de la red garantiza su inmortalidad. En la red no hay vacío absoluto. En la red todo está dicho y hecho. Todo está pensado, su entramado fino cubre los deseos más recónditos del operador sistémico. Siempre hay fuerzas para continuar.”
La red.