Arnoldo Kraus: “John Stuart Mill, connotado filósofo del siglo XIX y distinguido antipaternalista, aseveraba que “las personas saben qué es lo que más les conviene, por lo que debe permitírseles decidir por sí mismas, siempre y cuando no dañen a terceros”. El paternalismo se basa en la noción de que los individuos que necesitan protección son incompetentes o semincompetentes. Esta idea, por supuesto, no es privativa de la medicina. Quienes ostentan el poder suelen ser paternalistas: deciden en vez de pedir opiniones, ejercen en vez de escuchar. Los políticos, los grandes empresarios y los médicos comparten esa enfermedad. Estas personas suelen estar enfermas de paternalismo, por lo que no respetan ni los principios elementales de la democracia, ni la opinión de sus asalariados, ni la autonomía de los enfermos. Al ser paternalistas, políticos, empresarios y médicos se adueñan, primero, del conocimiento y, después, del poder.”
Paternalismo y medicina.