José Luis García Martín narra su llegada a Nueva York después del 11-M y el sentimiento de hermanamiento por la tragedia mutua: “Despreocupado y feliz, tras escuchar a Verdi en el New Jersey Performing Arts Center, tras emborracharme de saudade en el Ironbound, vuelvo a Manhattan en un tren soñoliento, casi vacío. Al salir del túnel que atraviesa el Hudson, me sorprende un descampado lleno de grúas, rodeado de altos edificios. Es la zona cero. El tren cruza por medio. Alzo la vista en el andén. Este hueco lo ocupaban las Torres Gemelas. Asciendo por las escaleras mecánicas hasta la improvisada estación. Salgo a la calle, frente al cementerio dieciochesco de la capilla de san Pablo. Sopla un viento helado. Esta estación sobrecargada de fantasmas dolientes es también aquella otra estación donde los trenes matinales sintieron el brutal topetazo de la injusticia absoluta.”
Dos ciudades.
2004-03-31 22:25 Es cierto. Todo el mundo, en NY, nos muestra su cercanía a los españoles. Todos se sienten hermanados con Madrid por el horror.