“La mayoría de los edificios construidos por Murcutt son viviendas unifamiliares de pequeña escala, en las que utiliza chapa plegada para muchas de sus cubiertas, y combina este material casi maldito con acero, cristal, madera y piedra, siempre fáciles de encontrar en el entorno de la obra. Nada de revestimientos lujosos o exóticos. Nada de espacios espectaculares. Sus casas parecen sencillos cobertizos que precisan una mirada atenta para descubrir su encanto”. Le han entregado el premio Pritzker a
Glenn Murcutt: el triunfo del arquitecto ecologista.