Juan Bolea: “El poder olvida con demasiada frecuencia que los medios no tienen como primera misión la promoción de la verdad, sino la exposición de los hechos. En lógica consecuencia a este postulado capital, las ediciones posteriores a la comisión de atentados y los noticiarios radiofónicos y de TV comenzaron a incluir, en sus informaciones, dudas y datos que desmentían en parte la supuesta participación de ETA, apuntando hacia la organización criminal Al Qaeda. De la misma manera, con la misma rapidez y profesionalidad, actuó la prensa extranjera, cuyos corresponsales en España tuvieron que soportar presiones de Moncloa. Y sería la prensa internacional, a la vista de las características del explosivo, los detonadores, la cinta con versos coránicos y, en general, el modus operandi del atentado, la primera en descartar por completo la responsabilidad del terrorismo vasco. Las invectivas del PP, curiosamente, no se han dirigido contra los grandes rotativos europeos o las cadenas americanas de TV, sino contra los grupos de comunicación españoles más o menos desafectos a su política. Una contradicción más, y no pequeña, en el carnaval de despropósitos al que hemos asistido desde la trágica explosión de las mochilas-bombas.”
Más despropósitos.