Ibn Said,
Arte para tiempos difíciles: “Ahora, nuestra ciudad, envuelta todavía en una nube pesada y pegajosa, se ha llenado también con el calor solidario y con la obra necesaria de cientos de artistas anónimos. Retazos de dolor y sombras de recogimiento; lágrimas silenciosas; mensajes de recuerdo y homenaje. La estación de Atocha se ha transformado momentáneamente (¿por cuánto tiempo?) en una catedral desconocida, en un templo solidario y luminoso donde los poetas, los músicos o los pintores, los ciudadanos, los niños o los viejos paseantes, escriben largas líneas de belleza.”