Este artículo evoca, por lo menos para el bibliófilo que anota, esas guías de viaje publicadas por Baedeker o Hachette a principios del 20, con mapas desplegables y horarios de trenes. En 1929, Trotsky tuvo que abandonar la URSS. Se refugió en Estambul. Georges Simenon, escritor belga que llegaría a la fama con sus novelas policíacas, estaba de viaje por la zona y logró una entrevista con Trotsky.
Néstor Tirri: “Ya en la isla, un coche a caballo conduce al periodista hasta la casa del exiliado. “El aire, el agua, las hojas, el cielo
describe Simenon, en quien ya despuntan los rasgos del sagaz escritor, todo es tan calmo que, al pasar, tengo la sensación de interferir los rayos del sol. También yo me muevo como en ralentí, sin frenesí, sin curiosidad, me atrevería a decir.” Un policía merodea por ahí. El secretario que recibe al visitante se manifiesta atónito por la complacencia de su maestro en acceder a la entrevista, ya que los periodistas han sido ahuyentados una y otra vez. También informa al recién llegado sobre la rutina en Prinkipo: Trotski se dedica a pescar y a leer, y sólo va a Constantinopla por consultas médicas.”
Cuando Simenon entrevistó a Trotski.