Puede que parezca trivial tras los acontecimientos de los últimos cuatro días. Anoto este artículo de Julián García Candau como contrapunto, como deseo de retorno a lo cotidiano, con ganas de volver a la vida diaria y al aburrimiento (cuyas cualidades mi amigo Alfredo Bruñó me ha enseñado a apreciar) que desemboca en las interminables discusiones deportivas de todos los lunes en el bar. Dice García Candau: “En el fin de semana los resultados parecieron lo menos importante. Y hubo sorpresas como el empate del Madrid con el Zaragoza en vísperas de que disputen la final de la Copa del Rey y la tercera derrota consecutiva del Deportivo. El Barça se acerca cada semana más al lugar que le corresponde.” Y dice otra cosa para poner las cosas en el contexto del momento: “No hubo ningún campo de fútbol, ningún recinto deportivo, en el que no se homenajeara a los muertos.” Ese retorno del que hablo arriba no significa que los olvidemos. Eso no puede pasar. El homenaje a los muertos cargó de emoción las competiciones.