Immanuel Wallerstein escribe sobre la proliferación de armas nucleares: “Los servicios secretos mundiales (tal vez la misma AIEA) saben más o menos lo que ocurre y lo saben hace mucho. Es más, hay muchísima gente, en el mundo occidental y en el resto del globo, que gana mucho dinero impulsando este tráfico y tienen toda la intención de ganar más. Estados Unidos sabe que su poder para frenar esta proliferación es más limitado de lo que quisiera. Por supuesto, Israel es, desde hace más de 30 años, una potencia nuclear no reconocida, y está en condiciones de efectuar lo que esté a su alcance para evitar que otros adquieran estas armas, especialmente los que en la región le son hostiles, como Irán. Pero de nuevo, no puede hacer tanto. Bombardear las instalaciones iraníes sería una maniobra muy peligrosa, aunque claro, pueden arribar a esa decisión como los últimos realmente creyentes en la realpolitik.”
Diplomacia de la proliferación de armas: juego de las naciones.