Todo funciona a la perfección. Es la diferencia fundamental entre el PP y los demás. Tienen una maquinaria propagandística que, además de carecer de toda vergüenza o rubor, está milimétricamente calibrada. Ahora todo coincide: todas las obras se comienzan o se inauguran una semana antes de las elecciones —o se ponen primeras piedras las veces que haga falta, o se inauguran edificios sin ventanas—, se aplican medidas maravillosas que llevaba años esperando a ser aplicadas, y, oh milagro, los afectados por el Prestige comienzan justitito ahora a cobrar las indemnizaciones. Lo grave, lo auténticamente dramático, es que estas maniobras funcionen electoralmente.
David Iwasaki está haciendo un exhaustivo seguimiento de la campaña día a día. Hoy,
En campaña. Día 7: ¡Un debate!.