Con el tranvía siempre tengo problemas. Yo digo tranvía sí, la mayoría de la gente que conozco dice que no. Dicen que interrumpe el tráfico, lo cual es un problema de la planificación del tráfico, no del vehículo en sí. Que es peligroso, y yo me pregunto, ¿comparado con qué, con los autobuses, con los coches? En fin, pongo un artículo sobre el tema para ver quién se enfada, aunque no pienso perder la amistad con nadie por este asunto. Es de
Joan Barril: “Y una cosa que parecía clara como el agua era lo del tranvía. Tantos años lamentando la desaparición del tranvía en Barcelona y envidiando a las ciudades europeas que lo mantienen… El tranvía de Viena, por ejemplo. El tranvía amarillo de Lisboa. Los tranvías holandeses. Parecía que el tranvía era un sistema de transporte sostenible que nos liberaría de buena parte de los atascos de gente obligada a desplazarse a la ciudad en coche. Pero el tranvía barcelonés arrastra un pecado original. Un año después del Any Gaudí la gente ha sabido que el genial arquitecto y futuro beato fue arrollado por ese ingenio del mal llamado tranvía. Sólo así se explica este súbito rencor tranviario.”
Bendito tranvía. Y aquí hay otro artículo evidentenmente en contra, esta vez de
Antonio Domínguez:
Metro sí, Tranvía no.