Alfredo Bruñó: “En otro tiempo la alta cultura no sólo era una fuente de sentido (hoy nos quejamos de que nada tiene sentido) sino de placer. Era cuando era válido llegar al placer a través del esfuerzo. Hoy eso está prohibido. La cultura también, porque daba sentido y ofrecía placer, fue fuente de prestigio social. Los adinerados, aristócratas o alta burguesía, pagaban por ese prestigio; muchos pagaban por el placer, algunos por el sentido. Hoy la aristocracia ha desaparecido; se la han comido los impuestos y el conservadurismo. La alta burguesía sigue un camino similar. Los nuevos ricos saben que la cultura ya no hace falta para alcanzar un prestigio. Si lo buscan entre sus amigotes, con pagar por las putas y las copas es suficiente. Si lo buscan en círculos más amplios, con abonarse al fútbol vale. Unos pocos se abonan a los toros. El circo del famoso lema romano.”
El encuentro con nosotros mismos.