“Las situaciones construidas que inundan, casi ortodoxamente, el mundo del arte contemporáneo, suelen deslizar una visión del arte como práctica lúdica, unos juegos (de mesa o de manos, tanto sirven los coupiers como los trileros) que están más allá del famoso nihilismo del final de partida”. Reseña de Fernando Castro Florez sobre una exposición de
Xavier Veilham.