Ricardo Utrilla: “Hay noticias cuya importancia real suele pasar inadvertida por lo espectacular de su novedad. Tal es el caso ahora con el anuncio de que un cirujano francés se declara dispuesto a inaugurar el trasplante no ya de riñones o corazones sino de caras. Nadie parece haberse dado cuenta todavía del alcance de la cosa. Porque, habrá que recordarlo, la cara es el espejo del alma y el alma sólo es de Dios. ¿Se han medido las consecuencias de permitir que cualquiera con los medios suficientes pueda cambiar de alma?”
Cambiar de cara.