El debate era sobre la internet en Cuba. Pero lo que aquí me interesa son las formas de ese debate.
Octavio Rodríguez Araujo coge el texto de su adversario y lo demuestra un plagio. Una de las razones por las que tantos intercambios (que no debates) en la red carecen de interés es que se basan principalmente en lo personal, en lo que
yo creo, y en el insulto. En otras palabras, se trata de ganar el intercambio de golpes, no de discutir y explorar la realidad. Luego nos quejamos del clima político. Rodríguez Araujo: “Busqué en mis enciclopedias quién es o era el profesor Jirafales. No lo encontré. Amplié mi búsqueda entrevistando a la gente en la calle y, finalmente, supe que se trataba de un personaje de un programa de Televisa que, según me dijeron, se llama El chavo del ocho, y me dieron datos adicionales, entre éstos que llamar a una persona Jirafales es un insulto. Ahora sé que hay sofistas con cultura realmente universal, tanta que usan como referencia para “desacreditar” a sus interlocutores un pueril programa de Televisa. El conocimiento inútil a veces es útil, aunque sea para entender a quienes, a falta de argumentos, usan el insulto como mecanismo de debate.”
Cuba, Internet y plagios.