Francisco Mora repasa con gracia y perplejidad el panorama político-electoral, una especie de ring de boxeo sin árbitro ni reglas: “Es entonces cuando alcanzo la conciencia de que estoy inmerso en un mundo enloquecido, en el que los que aspiran a gobernarnos actúan como si los comerciantes salieran al portal de su negocio gritando que los demás propietarios del gremio tratan de venderles productos imperfectos, confeccionados con materiales deteriorados que apenas valen una ínfima parte de lo que intentan cobrarles por ellos. La mayor parte de los ciudadanos con derecho a voto se hacen cruces de la escasa calidad de los especimenes a los que no tienen más remedio que votar, si desean la continuidad del sistema democrático. Por eso apoyan con su voto lo menos malo. No aspiran a más, dadas las circunstancias. Con el disparo de salida, cada aspirante a la bicoca se dedica con desenfreno a vender su quincalla. No hay normas éticas ni morales que no sean transgredidas para vituperar al adversario, mientras España permanece atónita”.
Todos a la greña.
2004-02-26 10:26 Y eso que el otro quería que dejásemos de ser un país “simpático”. No se había dado cuenta aún de las habilidades naturales de su ministro de defensa.