Miguel Esquirol Ríos habla sobre la desacralización del sexo como vía para, quizás, solucionar algunos problemas: “Creemos estar cada vez más abiertos y las instituciones que nos “representan” están cada vez más cerradas. Creemos que nos aceptamos como somos, que aceptamos nuestros cuerpos como tales, pero los tendemos a ocultar, a modificar, a juzgar. La iglesia nos dice que la libertad sexual trae la violencia doméstica y estoy seguro que hay más violencia doméstica que libertad sexual. Queremos que nuestros hijos estén lo mejor educados posibles pero protestamos cuando quieren colocar máquinas expendedoras de condones en los lugares de reuniones de adolescentes.” Además, añade un extracto de una entrevista sobre el tema a Gianni Vattimo.
El sexo sagrado.