Frente a la marea del nuevo (sí, siempre hay un nuevo) pensamiento único,
Alberto Piris plantea que de hecho “No todos los terrorismos son iguales. No todos arraigan en el mismo sustrato político, social o económico. No todos se organizan del mismo modo. No todos persiguen los mismos fines. No todos adoptan los mismos procedimientos operativos. Por tanto, cada uno requiere sus propias fórmulas de erradicación.” A partir de ahí da un breve repaso por la singularidad de Al Qaeda, su base en algunos fundamentos del Islam, su diferencia con los terrorismos europeos.
Los terrorismos peculiares.