No deja de sorprenderme (ver nota de abajo) el ¿cómo llamarlo? ¿fetichismo? que provoca la venta de reliquias de los santos de nuestra época, en este caso Eva Perón.
Alicia de Arteaga relata ventas anteriores, por millones de dólares, de joyas que pertenecieron a Evita. Dentro de un mes, habrá otra subasta: “El objeto más cotizado es la mortaja que cubrió el cuerpo de Evita cuando fue trasladado de Milán a Madrid en 1971. No se descarta que el gobierno argentino anticipe una oferta para recuperar la mortaja y destinarla al Museo Eva Perón.” ¿Tengo razón en lo de que son los santos de nuestro tiempo?
Evita, atracción en los remates.