En casa me han prohibido ver los telediarios; sobre todo los de la Primera. Dicen que luego me quedo mucho rato farfullando y que digo tacos y barbaridades. Yo acato la orden más que nada por el beneficio que sacan de ello mis niñas: no les dejo ver tampoco películas porno, ni ningún programa en el que aparezca Parada o Moreno. Sí, ya sé que podría sentarme con ellas y explicarles que no se puede creer nada de lo que vean en esas emisiones, y que jamás jamás imiten ni a Rocco ni a Trillo, que hay que hacer las cosas con más cariño y menos brutalidad; pero sinceramente, estoy cansado. Un poco de los límites pedestres a los que estamos llegando (caso Trillo-euro) puede leerse en estos artículos, cada uno en su estilo:
David Iwasaki,
No se admiten preguntas.
Jaime,
Qué cachondo.
Arcadi Espada,
17 de febrero.
2004-02-19 13:43 Si te hace sentir mejor, creo que lo del farfulleo ante el telediario es una cosa habitual, tengo una amiga a quien también le pasa, al verla insultando el televisor, lo hablamos y me dijo que no puede evitarlo, pero que en donde ella trabaja le pasa a bastantes personas. Cuando le dije que la solución era dejar de ver los telediarios, me respondió “no puedo, trabajo allí”.