“Los antecedentes de los tribunales de crímenes de guerra son turbios. Incluso en Nuremberg, el menos deficiente de tales tribunales (y ante lo que seguramente fue la peor colección de delincuentes de la historia), la definición operativa de “crimen” era la de algo que habían hecho los alemanes pero no los aliados”.
Noam Comsky reflexiona sobre esta diatriba a propósito de las relaciones de Occidente —y de forma específica de los gobiernos de Estados Unidos— con Sadam Hussein.
Lo que debería salir a la luz en un juicio a Saddam , recoge entre otros episodios: “Los Estados Unidos suministraron alimentos subsidiados que el régimen de Saddam necesitaba desesperadamente luego de haber destruido la producción agrícola kurda, así como también tecnología de avanzada y agentes biológicos adaptables a armas de destrucción masiva”.