David Iwasaki,
El valor de la memoria: “Pero la frontera de la banalización es muy fácil de traspasar. La memoria colectiva no debe estar sometida al capricho de quienes trafican con los sentimientos que hemos de trasladar a las generaciones futuras. Manipular éstos con artes sensacionalistas está al alcance de cualquiera, y si se quiere poner coto, deberíamos fomentar sólo la libre expresión de los artistas que antepongan por encima de todo el respeto al doloroso pasado. Las intenciones de Agata Siwek no son condenables. El problema surge cuando decide hacer negocio con Auschwitz. Aunque quizá el origen de toda esta polémica esté en la apertura del campo a las visitas guiadas de turistas que llegan en busca del morbo del lugar. De ahí que ésta u otra ocurrencia bienintencionada pueda terminar siendo una mala idea, como han dicho ancianos supervivientes del genocidio, a los que tampoco les habrá hecho gracia que la artista polaca coloque la frase ‘el trabajo os hará libres’, aquella que se podía leer a la entrada de Auschwitz para animar a los presos a trabajar como esclavos de los nazis, en camisetas y servilleteros.”