José Perona le ha echado un vistazo al
Nuevo diccionario de voces de uso del español actual: “Estamos, pues, ante un neoespañol, según la definición de Lázaro Carreter. Un español apresurado, urbano, propio de clases medias que, casi sin excepción, han abandonado u olvidado las ruralia, las voces tradicionales del campo y de la primera industrialización. Un español periodístico, trufado de anglicismos, a veces necesarios, a veces no, que necesita, tanto para las noticias como para los comentarios, nuevas palabras. Nuevas palabras que marcan una especie de aroma de la época: la construcción de la nueva Europa, las nuevas tendencias sociales del ocio y del turismo (acampada, botellón, burro taxi, motoesquí, turismo de aventura, turismo ecológico, turismo médico), el prestigio medioambiental (autosostenible, biocultivo, corredor verde, ecotasa, reserva natural), el retorno a la ecología (ecobús, ecodesarrollo, trekking, verde), el respeto por los demás (comercio justo), el impacto de la electrónica y las nuevas tecnologías (acelerador lineal, browser, chat, comecocos, conectividad, digitalizar, mensaje electrónico, e-commerce, edificio inteligente, infojerga, internauta), la preocupación por el cuerpo y la enfermedad (body building, cuerpo danone), la fascinación por los dinosaurios (la dinosauriomanía), las nuevas profesiones (nursera), las relaciones laborales (contrato basura), etc.”
Voces de uso (periodístico) actual.