Salirse para ver; cruzar el puente, borrar el límite para interpretar y que otros vean. Y ver esa composición de más allá de las fronteras como se mira a la luz, que duele y maravilla a un tiempo. El que mira desde aquí goza del iris del que mira desde allá, irremediablemente loco por lo desconocido.
Del interés del arte por la locura, de
Kepa Murua: “Cuanto más lejos se vaya, más adentro de las cosas se vive. Cuanto más lejos, más arte. Pero el retorno no tiene una constancia palpable en la mente del hombre. A veces se va tan lejos que es imposible volver a lo que éramos. En el camino un atisbo de locura que no salva a nadie. Ni al artista, ni al espectador que pide el más difícil todavía, ni al arte que nada pide. Y como el artista no se puede convertir en un objeto artístico cuando ya no puede olvidar su locura, algo le dice que es imposible la retirada.”