José Claudio Escribano hace un canto a la prudencia en las declaraciones y discursos de los políticos, una llamada a la eubolia; pero para eso, hay que tener peso y capacidad, algo de lo que carecen: “Hay personas que nacen sin eubolia y hay personas que pierden la eubolia en el camino. Dicen los antiguos colegas tribunalicios haberse sorprendido mucho por el hecho de que la doctora Carmen Argibay, candidata a ministro de la Corte Suprema, se haya declarado “atea militante”. No la consideraban capaz de ese traspié surrealista, ajeno a cualquier otra lógica doctrinaria, porque la han considerado siempre una mujer atenta a la aplicación del sentido común en el lenguaje.”
La eubolia, o la prudencia en la oratoria política