El milagro, la auténtica maravilla, es que pensemos. Nuestro cerébro es una vorágine de neuronas e impulsos químicos recorriéndolo a velocidades estratoféricas, en todas direcciones y produciendo millones de explosiones y fusiones; y no hay fallos.
La importancia de la bioquímica en el cerebro, de
Carlos Salas: “Nuestra salud mental depende en gran medida de lo que le ocurra al neurotransmisor en el camino. Si es destruido por enzimas perjudiciales antes de llegar a su destino, o al llegar al axón vecino no encuentra al destinatario del mensaje, la comunicación se corta. También puede suceder que las neuronas del cerebro, por alguna tara genética o alguna lesión exterior, no forman suficiente cantidad de cierto neurotransmisor químico.”