Cada año, en La Meca, muere un montón de gente. Se puede culpar a la organización, pero la organización culpa a Dios. Y sin embargo, algo está cambiando en el discurso oficial saudí.
Robert Fisk: “No hubo violencia deliberada en el Haj, pese a que clérigos sauditas pasaron mucho tiempo acusando a los “guerreros santos”
léase Osama bin Laden, saudita él mismo de ser una afrenta a la religión. ”¿Es guerra santa derramar sangre musulmana?”, preguntó el jeque Abdul Aziz, sumo pontífice saudiárabe, en un sermón pronunciado en la mezquita de Namira. ”¿Es guerra santa derramar sangre de no musulmanes a quienes se da santuario en tierras musulmanas? ¿Es guerra santa destruir posesiones de musulmanes?” Su sermón, observado en televisión por millones de musulmanes en Saudiarabia y el Golfo Pérsico, habrá provocado casi tantas preguntas comolas que respondió. ¿Están los soldados estadounidenses
los objetivos de Bin Laden entre los “no musulmanes” a quienes se ha dado “santuario” en tierras islámicas? ¿Las “posesiones” de musulmanes serán una referencia a los complejos sauditas en Jeddah, atacados en fecha reciente por Al-Qaida?”
Muerte en La Meca.