Yo tardé tiempo; aún a veces tengo que serenarme y darme cuenta de que no pasa nada, que todo puede esperar. Vivímos en una bola de fuego que viaja a la velocidad de la luz y que nos impide apearnos en cualquier parada; pero hay que aprender a lanzarse y caer bien, sin romperse las piernas.
Buenas noches, de
Jaime: “En definitiva, este cuento es una necesaria loa al descanso, al beauty sleep, a consultar los problemas con la almohada, a dejar para mañana lo que puedas hacer mañana, a darse cuenta de que el trabajo es un medio y no un fin, y que no hay que hacer horas extra ni aunque el mismo rey te pida un par de zapatos.”