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Domingo por la tarde Héctor Otero bebe una cerveza con un inmigrante marroquí sobre el odio, el miedo y la diabetes: “Dijo una vez: “Lo pobre tienen familia. Lo rico tienen dieu”. Así pues, la cuestión no es: Allah Agbar. Paradójicamente, ni siquiera es: las tierras son mías. La cuestión es: nadie deja morir a un niño de coma diabético. Nadie. Ni un hombre, ni una nación, ni un dios. Quien lo hace no es nada de eso”.