Desde aquí, desde muy lejos, da la impresión de que en Argentina se están tomando en serio lo de aumentar los dineros que van a la investigación. Alguien se habrá dado cuenta de que la mejor forma de quedarse atrás en la economía global (y eso significa hambre para muchos) es perder (o no desarrollar) la capacidad técnica y científica de un país. Esto es de un editorial de
La Nación: “Tiene que enriquecerse la relación de los hombres de ciencia con la sociedad argentina. Esta última tiene que ganar en cuanto al conocimiento del rol que desempeña el investigador y éste debe preocuparse de comunicarle a la sociedad sus proyectos y logros para ser mejor comprendido en su actividad. En este panorama es oportuno recordar palabras del economista Jeffrey Sachs, quien un año atrás señaló que nuestro país necesita imperiosamente invertir en ciencia e investigación. La gran expectativa social de alcanzar el nivel de una genuina “economía del desarrollo”
de la que Sachs habló será posible si se cuenta con el aporte sostenido de los investigadores.
El futuro de la investigación.