Reconozco que cuando el mes pasado tuve que pasar la aduana y control de inmigración en Estados Unidos, me sentí profundamente indignada con su presunción de que cualquier persona ajena al país puede ser una terrorista en potencia… sí, usted también podría serlo. A veces el impulso y la pasión brota como reacción inmediata: ¡¡no volveré a entrar a EEUU, pero qué se habrán creído, que se queden con su paranoia!!. Sobre la política impuesta recientemente por las autoridades de Estados Unidos de fichar a las personas extranjeras que soliciten una visa, el filósofo italiano
Giorgio Agamben ofrece sus argumentos de
Por qué no ir a Estados Unidos: “El tatuaje biopolítico que nos impone ahora Estados Unidos para entrar en su territorio, podría ser el signo precursor de lo que nos pedirán más tarde aceptar como la inscripción normal de la identidad de buen ciudadano en los mecanismos y engranajes del Estado. Por eso debemos oponernos”. Vale, pero ¿por qué limitar las opciones individuales en vez de exigir de los mecanismos internacionales la restitución de los derechos obviados?
2004-01-21 00:45 Cierto, como mexicano te puedo platicar una infinidad de historias sobre la paranoia de los estadounidenses. Sin embargo, tambien es cierto, que mientras EU siga siendo la primer economia del mundo, todos tendran que soportar sus locuras.