La esclavitud persiste en los países occidentales. Ya no se pueden poseer legalmente personas y la ley otorga los mismos derechos a todos, pero de facto, en nuestros países civilizados sigue existiendo la esclavitud: se trata de mujeres y niños obligados a prostituírse o de trabajadores forzados a doblar su jornada laboral en condiciones de trabajo patéticas bajo amenaza de no darle la comida o de denunciar su situación ilegal. Hay más, menos evidentes e intensos pero igualmente adaptables al término: se trata de, por ejemplo, esos médicos despedidos los fines de semana y que no lo denunciaban por miedo a no poder trabajar ni precariamente; o los decenas de miles de jóvenes que están atados a un trabajo por un sueldo irrisorio y donde jamás saben si el mes que viene seguirán. Pero esto no es nada en comparación con los verdaderos esclavos, los que viven hoy como hace 20 siglos, y en ocasiones mucho peor:
Esclavos de nuestros días, de
José Carlos García Fajardo.
2004-01-10 17:18 Y si la cosa no se corrige volveremos a la época feudal donde unos pocos serán los dueños de prácticamente toda la población. Yo veo así el futuro para dentro de quizás 200 años, si no se produce ningún fenómeno de colonización de otros mundos, lo cual parece, de momento, imposible.