“Una mirada panorámica conduce a concluir que la expulsión de Dios o de los dioses de la vida de los hombres supuso un cambio radical en su relación con el vino. De alguna manera, el vino queda convertido en una bebida espirituosa ya sin espíritu.” Luis López-Aliaga escribe sobre el vino y la poesía en
Las dos caras de la botella.