Hilario Barrero acaba de publicar un
delicioso diario del año 2001; desde este septiembre ha sido invitado a publicar en
Almacén una entrada quincenal del diario que escribe ahora. La del
día 24 de diciembre de 2003 es un precioso paseo por el amor y la muerte de su Nueva York adoptiva: “Al llegar al andén huele a humedad y a noche sucia, noche mala, sin estrellas ni pastores, ni buey ni mula, ni siquiera establo. Me parapeto en una columna y miro el panorama: en mi andén todos los bancos están ocupados por bultos que duermen, la puerta del ascensor no se cierra y de vez en cuando da un golpe seco y fuerte (¿podrían ser los ángeles?) y una sirena salta y un ruido que brilla llena el recinto. (¿Podría ser el lenguaje de una estrella?). Un viejo con la cabeza hundida en el pecho, arrastrando sus pies por el andén, con un abrigo raído, se para ante una papelera y asoma la cabeza a la apertura.”
2004-01-03 19:19 Gracias a Marcos Taracido por acogerme entre sus páginas y gracias a los que las leen y mandan o no sus comentarios. !Feliz año 2004!