Intentando responder a la pregunta de si la historia es objetiva
Íñigo Sáenz de Ugarte arma un artículo que rememora alginos usos
objetivos de la historia: “La historia se reescribe constantemente. Se actualiza para corregir las mentiras, y también para eliminar valores anacrónicos, políticamente incorrectos o simplemente ofensivos. El descubrimiento/invasión de América pasa a convertirse en el encuentro (para los graciosos, el encontronazo), con la intención de que al menos el eufemismo haga fortuna en los medios progubernamentales. También se pueden reescribir las imágenes de la historia, como bien sabía el departamento de revelado de fotografías del Partido Comunista de la URSS”.
La historia: instrucciones de uso.